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Diario de la semana de la pelea de Taylor vs. Lopez: Primer día

Si el adagio "un boxeador feliz es un boxeador peligroso" es cierto, entonces Teófimo López corre el riesgo de enfrentarse al Josh Taylor más peligroso que se haya visto en mucho tiempo.

Fue en mayo del 2021, contra José Carlos Ramírez en el Virgin Hotels de Las Vegas, cuando Taylor destacó por última vez. Desde entonces, solo ha peleado contra Jack Catterall en una ocasión en la que tuvo la suerte de salir con una victoria por decisión dividida, sacrificó tres de los cuatro títulos mundiales por los que tanto trabajó, sufrió una lesión en el pie que le obligó a retirarse de la revancha con Catterall que estaba programada, estuvo en conflicto entre permanecer en 140 libras o subir a 147 libras, reemplazó al entonces entrenador Ben Davison por Joe McNally y vivió la muerte de su ídolo Ken Buchanan.

Sin embargo, el miércoles en su hotel, a pocos minutos del Madison Square Garden -y probablemente en gran parte porque es el teatro del Garden donde pelea-, el boxeador, a menudo temperamental, apenas podía parecer más contento. Volvió a hablar de su relación con Buchanan, fallecido en abril, y de las anécdotas que éste le contaba sobre cómo peleaba en el Garden con, entre otros, el gran Roberto Durán, y cómo compartía camerino con Muhammad Ali. Habló de la apuesta que su difunto tío hizo por él para ser cabeza de cartel en el mismo lugar, cuando Taylor era un joven y prometedor boxeador a años de su apogeo. Y lo que quizá sea más importante, también habló del futuro que ve en las 140 libras, donde ha demostrado su valía, después de haber considerado durante mucho tiempo la posibilidad de subir al peso welter.

Cuatro días antes de lo que se espera que sea uno de sus combates decisivos (López, de Brooklyn, es un rival peligroso, aunque aparentemente nunca esté contento), lo más importante de todo es que parece estar sano y en condiciones de llegar al peso. Si estuviera batallando para volver al límite de las 140 libras, su mal genio se pondría sin duda a prueba. Tampoco ayudaría en absoluto que el humo de los incendios forestales de Quebec, que llegan hasta Nueva York, esté contaminando el aire en la medida en que lo está haciendo.

ProBox TV no recuerda haber visto tanta gente con mascarillas en plena pandemia de Covid como el miércoles en las calles de Manhattan. Las escenas recordaban a las que preocupaban a los observadores de Pekín en los preparativos de los Juegos Olímpicos del 2008, y de Manhattan tras el 11-S; un lugareño llegó a decir a ProBox TV que fue después del 11-S, cuando los escombros caían del cielo, la última vez que la ciudad tenía tan mal aspecto. En resumen, si Taylor tuviera que correr para ganar peso -uno de los miembros de su equipo insiste en que no tiene por qué hacerlo-, no sólo no lamentaría tener que hacerlo en ese momento, sino que podría seguir haciéndolo la noche del combate.

Los dos boxeadores volverán a estar en la misma sala en la rueda de prensa del jueves, en la que parece tan probable que el provocador López intente provocar a Taylor que se dice que Top Rank ha gastado 5,000 dólares más en seguridad en un intento de evitar un acalorado enfrentamiento que podría poner en peligro un combate tan atractivo. Según un rumor, el padre de López, Teófimo padre, llegó a amenazar al personal de la cadena ESPN cuando se estaba celebrando una entrevista previa.